Dolores y angustias cotidianas de quienes trabajan al volante

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Colectiveros, remiseros, taxistas y camioneros sufren con frecuencia problemas crónicos de columna, trastornos de ansiedad y depresión. Algunas causas y modos de prevención.

Todos los conductores de vehículos, en especial colectiveros, taxistas, remiseros o transportistas, están sometidos a condiciones de trabajo que pueden afectar su salud. Su labor requiere un permanente estado de atención, concentración y tensión. Si a ello se le suman las malas posturas corporales prolongadas en el tiempo, es muy alta la probabilidad de que padezcan problemas en la columna vertebral.

Especialistas consultados por Diario UNO enumeraron patologías, dolores y molestias que de manera preponderante afectan a estos trabajadores. Y brindaron recomendaciones para evitarlas o atenuarlas, sin que se vuelvan crónicas. De todo ello –también y principalmente– deberían tomar nota los empleadores, las empresas de salud laboral que ellos contratan y los gremios. Para el doctor Martín Maillo, médico del Trabajo santafesino, “los conductores profesionales presentan con frecuencia enfermedades propias de la actividad. A nivel traumatológico, se ve afectada la columna lumbosacra (la parte baja de la misma, que incluye la región lumbar y el sacro, el área que conecta la columna a la pelvis); y la cervical (comienza en la base del cráneo y se compone de siete vértebras), como efecto de la vibración mecánica del cuerpo entero. Entre ellas –precisó– están las lumbalgias, las lumbociatalgias y las cervicalgias”. “Algia”, significa “dolor” y, en este caso, refiere al que se experimenta en cada parte de la columna ya mencionada. Mientras tanto, “la lumbociatalgia es un dolor que afecta a un solo lado del cuerpo, que se irradia desde la espalda baja hacia los glúteos y hacia la parte posterior de la pierna hasta el pie”, puede leerse en la web especializada salud.ccm.net. Por otra parte, “a nivel neurológico, psiquiátrico o psicológico los problemas más frecuentes son los trastornos de la ansiedad y la depresión”, explicó el profesional, quien durante mucho tiempo fue médico laboral de una empresa que nuclea a varias líneas de transporte urbano de pasajeros.

Lo que la actividad dispara

Si bien hay factores de base predisponentes, según Maillo, la ansiedad se exacerba o gatilla como consecuencia del estrés propio que origina el tránsito, entre otras influencias externas. Y, a grandes rasgos, para el médico, “tanto la ansiedad como la depresión se generan por la alteración del proceso de sueño-vigilia, porque nadie está preparado para trabajar de noche, y por los horarios rotativos”.

—¿Cuáles son las principales razones que angustian a los conductores profesionales?

—La experiencia indica que a pesar de que cuando ingresan a trabajar ellos saben que van a tener turnos rotativos, ese termina siendo el factor por el cual se terminan deprimiendo, o bien renunciando. Antes, el factor de estrés que se sumaba era que debían manejar dinero al ofrecer los boletos, tener cambio, además de conducir. Esto era angustiante y estresante, aunque fue cambiando, casi desapareció en el transporte urbano e interurbano. En donde sí persiste es en taxis o remises. Luego hay patologías prevalentes en la población, las denominadas crónicas no transmisibles, que en el caso de los conductores pueden agravarse por el sedentarismo inherente al oficio, por las dificultades para alimentarse en tiempo y forma de modo saludable, o por los problemas asociados a los cambios permanentes de horario: obesidad, diabetes, colesterol, hipertensión, entre otras, que son tanto producto como consecuencia del agravamiento de esas u otras enfermedades. Cumplir el horario Para Maillo, la recomendación fundamental para evitar mucho de lo que enumeró antes es: “Cumplir estrictamente con las horas que indica la jornada laboral. Esta es una responsabilidad tanto de los empleadores como de los empleados. Porque muchos hacen horas extras y eso atenta contra su salud”, dijo y reconoció: “Si bien muchas veces es una necesidad para el trabajador, el efecto es negativo”. “Otro de los consejos es que cada una hora, mínimo, hagan una pausa activa: se bajen del coche, se paren, puedan hacer estiramientos y elongaciones de la columna, cosa que es poco frecuente”, dijo y lamentó el médico del trabajo. Otro de los consejos es el cuidado de la salud en general: “Hacer alguna actividad física como caminar –porque esto impacta positivamente también sobre los músculos de la columna–, tratar de dormir y descansar lo suficiente, y tener una alimentación equilibrada, en la medida de lo posible”, concluyó Maillo.

La postura y los asientos: la clave

Por su parte, para el especialista en Ortopedia, Traumatología y Medicina del Deporte santafesino, Ignacio Dallo, los aspectos que pueden afectar a todo conductor son: “La mala postura durante muchas horas, con asientos incómodos a una altura incorrecta y el respaldo en mala posición, también”. Por eso, aconsejó: “El respaldo debe estar casi recto, las rodillas a la altura de las caderas o más altas, es decir el asiento tiene que estar bajo y las nalgas del chofer bien atrás, apoyadas sobre el respaldo”. “A esto se suma la tensión nerviosa propia del manejo, del tránsito malo. Esto provoca contracturas cervicales, cefaleas, malestares en los ojos o cansancio, contracturas y dolores lumbares, además”, agregó Dallo. Luego, describió: “Los conductores, generalmente, son personas que no están en buen estado físico. Pueden tener sobrepeso, atrofia muscular abdominal, espinal y dorsal, favoreciendo esto la aparición de lumbalgias por contractura y fatiga muscular”.

—¿Qué medidas preventivas indicaría para estos casos?

—La prevención se hace conociendo la postura adecuada y realizándola; y con ejercicios de fortalecimiento del core: abdominales y espinales, más estiramientos (esto puede ser con pilates, yoga o gimnasio). El core o “núcleo” es el área que engloba toda la región abdominal y parte baja de la espalda. Lo componen los oblicuos, recto abdominal, suelo pélvico, el diafragma, el multifidus y el músculo más importante de todos: el transverso abdominal. También, un buen descanso antes del turno mejora la concentración y reduce el nivel de estrés que termina en gran contractura y dolor muscular. Deben tener una vida saludable para estar en condiciones (ejercicios, bajo peso, descanso y buena alimentación). En largas distancias, tener un copiloto para alternar. Son fundamentales además los controles clínicos, de visión, de estado físico y radiográficos para detectar patologías de columna que predispongan la contractura.

Autor: Mariano Ruiz Clausen / UNO Santa Fe/ mruiz@uno.com.ar

Fuente: Diario Uno Santa Fé

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