El ejercicio y el cerebro: más razones para mantenerse en movimiento

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El ejercicio prepara al cerebro para mejorar el aprendizaje y la memoria, ayudando a las personas a que envejezcan con un mejor mantenimiento de la función cognitiva.

Los beneficios de la actividad física en la prevención de enfermedades crónicas y como un enfoque terapéutico para las personas diagnosticadas con dichas enfermedades, son bien reconocidos. Hay una gran cantidad de evidencia médica y científica que documenta cómo la actividad física regular puede ayudar a prevenir y / o tratar la hipertensión, la diabetes tipo 2, el aumento de lípidos sanguíneos, enfermedad arterial coronaria, derrame cerebral, osteoporosis, artritis, ciertos tipos de cáncer y otras condiciones. La fuerza de esta evidencia se ha traducido en el Colegio Americano de Medicina del Deporte y el Departamento de Salud y Servicios Humanos, quienes recomiendan que todas las personas se comprometan a un mínimo de 150 minutos por semana de ejercicio aeróbico de intensidad moderada y para los niños y adolescentes, participar en 60 minutos o más de actividad física diaria. Desafortunadamente, la mayoria de las personas no cumplen con esto. descarga (2)

Con frecuencia, las personas que son físicamente activas comentan que la razón por la cual hacen ejercicio es porque “se sienten muy bien luego de realizarlo”. Un creciente numero de investigaciónes han comenzado a mostrar una serie de efectos positivos de la actividad física sobre la función cerebral, tanto en jóvenes como en adultos de todas las edades.

El cerebro es un órgano asombroso, que consta de más de 100 mil millones de células nerviosas o neuronas que se comunican con la ayuda de cientos de diferentes productos químicos. Las neuronas se han especializado formando unas extensiones denominadas “dendritas” y “axones”. Las dendritas sirven como la rama de recepción de la célula nerviosa, mientras que los axones manejan los mensajes salientes a la siguiente neurona. Las dendritas y axones no se tocan entre sí, pero, en cambio, se comunican a través de un pequeño hueco “unión sináptica” mediante una sustancia química, llamada neurotransmisor. Es en este cruce que el mensaje eléctrico desde el axón es convertido químicamente y tomado a través del espacio por un neurotransmisor estimulando a la dendrita donde se reconvierte en una señal eléctrica.

La comunicación en el cerebro y en los diferentes uniones sinápticas está regulada por una variedad de diferentes productos químicos o neurotransmisores. Algunos de estos neuroquímicos más comunes que afectan a la función cerebral, junto con algunas de sus funciones básicas, son:

  • Glutamate: Estimula la actividad.
  • Ácido gamma-aminobutírico: Atenúa o relentiza la actividad.
  • Serotonina: Influencias del estado de ánimo, la impulsividad, la ira, la agresividad.
  • Norepinefrina: Influencian la atención, la percepción, la motivación, la excitación.
  • Dopamina: Influencia voluntaria de los movimientos, la cognición, la memoria de trabajo y el aprendizaje, capacidad de experimentar placer y dolor.
  • Brain factor neurotrófico derivado: Mejora la función de las neuronas y promueve su crecimiento y mejora la comunicación y el aprendizaje.
  • Factor de crecieminto 1 insulino simil: Dentro del cerebro juega un papel en la neurogenesis ( crecimiento celular) y aprendizaje.
Los efectos positivos del ejercicio regular sobre estos y otros neuroquímicos y su impacto asociado sobre la función del cerebro, apenas comienza a ser comprendido. El ejercicio se ha demostrado que estimula el crecimiento de los vasos sanguíneos cerebrales, mejorara la comunicación a través de las sinapsis, aumentar el estado de ánimo y actua como un antidepresivo natural, aumenta la memoria y el aprendizaje y por lo tanto la densidad del cerebro. Este último es cierto en la materia blanca, que contiene las fibras nerviosas que recorren todo el cerebro.

En esencia, el ejercicio prepara al cerebro para mejorar el aprendizaje y la memoria, ayudando a las personas a que envejezcan con un mejor mantenimiento de la función cognitiva.

images-2La investigación también ha demostrado que el ejercicio y la aptitud física se asocian con la mejora del aprendizaje y el rendimiento académico en los jóvenes en edad escolar. Este efecto parece extenderse a las poblaciones de mayor edad e incluso los individuos con condiciones médicas, como la esclerosis múltiple (EM) han demostrado un mejor desempeño en las pruebas de función cognitiva que los pacientes con EM que no hacian ejericios.

Aunque la comprensión completa sobre el efecto del ejercicio en la función cognitiva se encuentra todavía en sus comienzos, los datos son convincentes y proporcionan una razón más importante para no saltarse la actividad física diaria.

El ejercicio regular es fundamental para la salud, la función física y cognitiva logrando un mejor bienestar.

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